jueves, 30 de diciembre de 2010

Texto (del latín textus= tejido).



Soltemos un par de mentiras para terminar el año como se debe, con un poco de despilfarro. Digamos, por ejemplo, que me he convertido en una investigadora de oficio. Sólo que mis métodos son poco usuales. Mi campo de exploración es el mundo completo y llevo mi laboratorio a cuestas o, más bien, empotrado. En el cuerpo. Supongamos que, una tarde, mi pensamiento, en su vagancia, se topa con una idea interesante. Una idea, imaginemos, que usa una gabardina roja y zapatos bicolores y tiene un olor sugerente como un pato al horno o como el romero o como la brea de una fogata a media noche. Y me atrae, y yo no sé por qué.  Es entonces cuando la investigación comienza. Uno no puede ser demasiado obvio, porque este tipo de ideas son huidizas. Uno las invita a sentarse en un silloncito para poder hablar frente a frente. Pero no les hace muchas preguntas, porque entonces se vuelven mudas. Digamos que, entre más habla uno, más callan ellas. Hay que dejarse divagar un poco, dar rodeos, invitarla a tomar el té o a mirar la tarde o a contar los botones de su gabardina.




Y, sobre todo, hay que escuchar. El mundo se escucha distinto cuando tienes una idea vestida de rojo sentada en alguna salita de tu pensamiento. Los oídos y los ojos de todo el cuerpo deben permanecer bien abiertos. Porque hay voces, voces bajitas, que cantan en silencio al interior de todas las cosas. Y resuenan en el cuerpo, y ésa es también una forma de cantar. Y entonces comprendemos. Hay que tomar ese canto silencioso que nos dejó la idea entrevistada con su gabardina roja. Es como un hilo muy delgado que hay que tejer, con cuidado, con el resto de los hilos que hayamos encontrado en nuestras investigaciones. Y, conforme el tejido vaya tomando forma, sabremos de qué se trataba la investigación. Desde luego, aún es necesario averiguar qué hacer con ese pequeño y reciente engendro. Pero para ello aún nos quedan muchas vueltas al sol y, por lo pronto, tejer es una delicia. Tejer bajo el sol del invierno, mientras la tarde se diluye despacio.


(Para leer más mentiras: puraspurasmentiras.blogspot.com)

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