sábado, 19 de febrero de 2011


1. beber una taza de té negro con aroma a vainilla y deslizarse en una pijama de seda verde, los pies descalzos y los cabellos como un estrépito de inquietudes que, llegada la hora de dormir, sencillamente resbalan de mi cabeza.
2. retirar la docena de almohadas color pavorreal que me gusta amontonar sobre la cama y encontrar un lugar para emparedarme entre semejante confusión de cobijas.
3. reconstruir tu abrazo, con precaución, en la memoria. la firmeza que aumenta despacio, el calor palpitante de tu pecho, la voz tremenda de tus manos sobre mi cuerpo.
4. saberme en casa, en esta guarida de espejismos que cada día edificamos con tanto empeño.
5. saberme en casa y sentir en tu abrazo la amplitud del océano abierto.
6. saberme en casa, contigo. y, sólo entonces,
7. dormir.

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