domingo, 18 de octubre de 2009

Tú, océano


Si fuera pecado ser cuerpo, qué delicia ser hereje: ser hereje contigo (tú, océano) con tus manos que son mareas que son anzuelos (me trepan, me inundan) y tu caminar en oleadas -en cuartos crecientes.

Me atraes, sin mover un dedo.

Tu boca abre heridas en mi cuerpo -heridas que no cierran: soy un algo abierto, un algo que se extiende.

Me contienes, me abarcas, me arrastras en tu rugido, en nuestra embriaguez compartida,
en nuestro afán por detener el tiempo.

No soy más que ritmo: no siento, me fundo;
                                   no soy, me extiendo:
                                   no hablo, resueno.

5 comentarios:

  1. wow me encanta como hablas y como escribes espero siempre lo hagas me gusta la manera de como mueves tus sentido.

    AL

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  2. Cuando te leo, me inhundo de palabras, pierdo el conocimiento, entro en coma, y cuando regreso, cuando termino de leerte, tengo la mente en blanco, sin nada y tampoco nada, solo digo que siento, que siento, y siento...

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  3. http://escritoscarolina.wordpress.com/2007/05/09/mi-vida-con-la-ola-octavio-paz/

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  4. La soltura de las palabras que crecen, de las emociones que maduran, de la mujer comienza a ser mujer...

    Tiene el texto entre lineas la pasión de la mujer enamorada, la suave suavidad de la espuma que toca los pies desnudos en las playas virgenes y al mismo tiempo la potencia del retumbar en el peñasco.

    Tiene tanto sabor, que dan celos leerlo, pero que se le puede hacer, así es el mundo, y aveces (sólo aveces), sólo nos queda verla crecer de lejos...

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  5. de lejos... como el oceano...

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