jueves, 4 de marzo de 2010

Parumbo violinista


[Leer primero: Querido parumbo]

¡Querido parumbo! En el nombre sonoro traías ya la alegría. Ese nombre tuyo, parumbo, que resuena como tambores de fiesta. Eres un acorde con patas, sólo hacía falta darse cuenta. Te estrellas de frente contra la vida, sí, pero cada choque es una nota y tu existencia triste es una sinfonía. Caminando por el lodo, solitario, encontraste un violín y aprendiste a sacarle sonidos. Aprendiste a rascarlo, a agitar el aire dentro de su cuerpo de madera y a dejar que ese aire escapara en gemidos y en voces y que entrara, a su vez, a agitar el aire de los oídos de cualquier paseante. Eres un hermoso fracaso pequeñito que sabe tocar el violín. Eres todo deseo, parumbo, y aunque tu deseo no se satisfaga nunca, cada tambaleante pasito que das hace un sonido como de violonchelo. Y uno aprende a encontrarles el gusto, aunque vayan en la dirección equivocada. No hay dirección, parumbo, no hay escapatoria, ¡pero tus pasos despiden canciones, tus pasos se quejan y ríen, mienten y esperan! ¡Cantas, querido engendro, señal de que te dejas atravesar por el mundo! Con ese violín, eres capaz de decir lo que siente tu cuerpo nomás por tener en medio de la cara un par de agujeros, dos ojos abiertos. ¡Celebra el vacío, parumbo, canta el silencioso y simple existir de las cosas! ¡Canta, triste parumbo, que la vida es música!

                                   

4 comentarios:

  1. Liz! desde pequeñita fuiste una artista en potencia! ahora me da tanto gusto ver que continuas siendo... niña y artista!! =)

    un abrazo!
    Polita

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  2. Hola Liz, curioseando en internet, me he topado con esta página tuya tan maravillosa. Deliciosa escritura la que posees. Comencé por leer la última de tus publicaciones y bastaron siete líneas para quedar atrapado en una lectura y relectura de casi doce horas, disfrutando relatos extraordinarios como el del rottweiler y permitiéndole a mis ojos y a mi pequeño cerebro paladear una y otra vez “fuerte como la muerte es el amor”, rescatando frases excepcionales que quisiera retener en mi memoria y contemplando por horas tu extraordinaria habilidad para materializar sentimientos, locuras y pensamientos en regalos literarios que retan a la cordura y te transportan a un sitio sin fronteras.
    Hace ya muchos años que no se nada de ti… demasiados diría yo y ha sido una sorpresa exquisita el volver a tener aunque involuntariamente buenas noticias de ti. Oxala podamos estar en contacto, porque verdaderamente tus publicaciones han excitado mi pequeño intelecto y exacerbado mis sentidos. Te dejo mi correo y un gran saludo. José Antonio Castilla Macias. castilla@live.com.mx

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  3. Luz, muchas gracias por este parumbo que me atropelló con los pabilos que se interponen entre los agujeros de sus sueños de su música y de su suerte viajera entre océanos insondeables de silencio. También gracias por la visita. El respeto y admiración, son mútuos. Disfruto mucho tus textos. Trizaleja.

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  4. Ah, y es Liz, pero con lo del parumbo, me emocioné mucho jeje gracias!

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