martes, 11 de marzo de 2008

[Como todo, efímera] Confesión

Amor (1), eres mi salto mortal. Contigo soy acróbata. Por ti abandono la comodidad de andar con los pies pegados al suelo. Por ti camino en una cuerda floja, malabarista: lanzo al aire la cordura y al caer, la atrapo en mi sombrero. Eres mi remedio contra lo ordinario. Ato una venda en mis ojos y tomo tu mano; la suelto y me lanzo al abismo. Tú eres mi abismo.

…..

También eres mi contradicción: eres quien me quita las verdades, cual si fueran parásitos. A veces eres mi herida; me sabes a tristeza. Somos los personajes efímeros de una historia sin narrador. Efímeros, y sin embargo, imprescindibles. Camino junto a ti en la obscuridad, vigilando que nuestros pasos no sigan el mismo compás. Aún más: eres mi obscuridad.

…..

Eres mi delirio y mi ausencia. Eres quien me pone a prueba. Eres madrugada de tormenta. Alborotador, inquietante, tu mirada es un escándalo y tu palabra es (a veces) una caricia. Me invades, me habitas, hay días que eres en mí. Me sabes a despertar.

…..

¿Qué pasará, Amor, cuando te vuelvas mi seguridad?



(1) Te llamo Amor casi voluntariamente, o más bien, casi deseando que lo fueras. Te llamo Amor como llamaría un ateo a su querida ausencia de Dios.

8 comentarios:

  1. ahora soy... el novio malabarista, y tu los zancos que me hicieron crecer...

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  2. No le hagas caso a ese güey mamita, yo estoy más guapo y me sé acrobacias íntimas, mi amor...

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  3. Me leí sólo este post, pero de seguro vuelvo a buscar más...

    Muy pero muy bueno, me saco el sombrero ante usted, señorita.

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  4. Creo que el chiste està en encontrar el salto mortal adecuado para delirar con una sonrisa entre los labios... no una cuerda floja que se ciña a tu cuello y no te deje respirar...

    Mientras tanto yo comienzo a disfrutar mi salto en paraguas sin red, y sin preocupaciòn de que alguien me cache.

    Pero nuna nunca NUNCA dejes que nadie te robe la verdad... sin ella, què nos queda?

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  5. Hey!

    A ver si recuerdas quien soy, mira mi blog.

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  6. Entre amores y malabares en el cielo no habrá diferencia,


    un saludo,

    Cíclopa

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  7. Ayer escribí en mi "status" de Facebook aquello de Sabina sobre lo bueno de los años, que es que curan heridas y lo malo de los besos besos, que es que crean adicción. Y un amigo replicó que los besos, cuando duran años, curan la adicción. Eso pasa cuando lo que fue amor se torna seguridad... Creo que tenía razón.

    El inicio de tu texto me recordó aquello de Girondo, que has de saber, "No sé, me importa un pito...":
    No sé, me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
    (Si no lo habías leído, no termines de leer el poema, que ahí debía concluir. El resto es anecdótico).

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  8. Pues, en mi caso, los besos tan domesticados no sólo desaparecieron la adicción, sino también el interés.
    Lo de Girondo me encanta. ¿Viste la película de El lado oscuro del corazón? I kind of like it.

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